Por: Rosela Abaroa Garrido, psicóloga.

La atención plena o mindfulness, es una habilidad de la mente que se puede desarrollar, es un conjunto de comportamientos específicos que se pueden poner en práctica en cualquier momento con el fin de presenciar el momento presente de manera intencional, sin juzgar, sin reaccionar y sin aferrarse a este.

Quizá lo primero que se te viene a la mente, cuando escuchas este término, es pensar en una persona sentada en el suelo con las piernas cruzadas meditando (y si, no está muy lejos de la realidad cuando se trata de una práctica formal), pero también la atención plena se experimenta cuando vivimos con intención la actividad que estás viviendo, cómo leer estás palabras mientras sujetas la revista en tus manos.

Seguro te ha pasado, que te subes al coche y empiezas a conducir en piloto automático, hasta que te das cuenta que estás yendo en una dirección que no es tu destino, pero es la ruta que sueles tomar; o que vas a un cuarto de tu casa y te preguntas ¿a qué venía?; o que está sonando tu canción favorita y te das cuenta que ya está por terminar, pero no apreciaste la música por estar perdido en tus pensamientos. Si te pasa esto, es probable que vayas en piloto automático, cuando vivimos de esta manera nos podemos perder de momentos valiosos, al igual que nos podemos quedar “atorados” en una nube de pensamientos rumiativos que se suelen retroalimentar de manera negativa.

Cuando estamos en piloto automático tendemos a ser reactivos, pasamos de un pensamiento a otro, creamos listas mentales de las actividades que tenemos que hacer, vivimos escenarios pasados en nuestra mente o creamos historias de cosas que nos gustaría que pasaran o escenarios catastróficos. La práctica de la atención plena nos permite hacer una pausa para notar que nuestra mente está viajando, y de manera gentil, redireccionar nuestra atención al momento presente.

La práctica de atención plena tiene beneficios en el bienestar de las personas, pues te permite experimentar la vida tal como es, sin estar en piloto automático, se reduce el sufrimiento, te permite conectar con emociones agradables, reduce el estrés, fomenta el control de la atención para prolongar los periodos de enfoque. Dentro del ámbito de la psicología clínica se busca incorporar técnicas y herramientas que le permitan al paciente generar una relación distinta con los fenómenos internos (pensamientos, emociones, sensaciones), con el propósito de experimentar la vida como se presente, tomando sus momentos agradables y desagradables, sin vernos atorados en estos.

La práctica formal de la atención plena implica realizar ejercicios guiados de meditación, de corta duración al iniciar. Uno de los errores más comunes es asumir que cuando se practica de manera formal, el objetivo principal es relajarse y no pensar en nada. Cuando en realidad se busca ser un espectador, simplemente ser capaces de reconocer cuando un pensamiento surge, notar el tipo de contenido de este, notar las emociones que están presentes, al igual que las sensaciones corporales.

Si te gustaría aprender cómo incorporar la atención plena en tu vida, escríbeme. En Mente Sana estaremos impartiendo un taller introductorio para entender y aplicar técnicas que nos permitan disfrutar el momento presente con mayor plenitud.

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