Por: Luisa Benítez, CEO de la Universidad Digital Continental / Foto: Mirko Oleg.

Durante mucho tiempo, la educación se ha centrado principalmente en el desarrollo académico de los estudiantes. Sin embargo, cada vez más evidencia demuestra la importancia de prestar atención al bienestar emocional y mental de los alumnos. En mi experiencia personal, he encontrado en el mindfulness y el bienestar emocional, herramientas valiosas que no solo me han ayudado a lidiar con el estrés y la ansiedad, sino también a mejorar mi rendimiento profesional. Así que, hoy les platicaré cómo la incorporación del mindfulness y el bienestar emocional en la educación puede contribuir, de manera signicativa, al crecimiento personal y al éxito académico de los estudiantes.

El mindfulness se define como la práctica de prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar. Esta técnica nos invita a enfocarnos en nuestras experiencias y emociones presentes, sin ser arrastrados por las preocupaciones del pasado o la incertidumbre del futuro. En el entorno educativo, el mindfulness puede ayudar a los estudiantes a desarrollar una mayor conciencia de sí mismos y del entorno que los rodea, mejorando su capacidad para concentrarse, regular sus emociones y gestionar el estrés.

La incorporación del mindfulness en el currículo educativo puede resultar en numerosos beneficios para los estudiantes. Al practicar el mindfulness de manera regular, los alumnos pueden desarrollar habilidades de autorregulación emocional, lo que les permite lidiar de manera efectiva con el estrés y los desafíos que enfrentan en su vida diaria. Además, el mindfulness también promueve la empatía y las habilidades sociales, ayudando a crear un ambiente escolar más positivo y respetuoso.

El bienestar emocional es igualmente importante en la educación. Cuando los estudiantes se sienten emocionalmente equilibrados, tienen una mayor capacidad para concentrarse, retener información y resolver problemas de manera reciente. Los entornos educativos que promueven el bienestar emocional, proporcionan a los estudiantes el apoyo necesario para reconocer y gestionar sus emociones de manera saludable, lo que a su vez, puede mejorar su relación con el aprendizaje y mejorar su rendimiento académico.

Para que el mindfulness y el bienestar emocional tengan un impacto signicativo en la educación, es esencial integrar estas prácticas en el entorno académico. Esto se puede lograr mediante la capacitación en mindfulness para los docentes, la implementación de breves sesiones de mindfulness en el horario escolar y la promoción de un ambiente de apoyo y cuidado emocional.

El mindfulness y el bienestar emocional son aspectos fundamentales que no se deben pasar por alto en la educación. Mi experiencia personal me ha demostrado que, cuando se presta atención al bienestar emocional, se puede enfrentar los desafíos académicos con mayor claridad y resiliencia. La integración de estas prácticas en las aulas no solo beneficia a los estudiantes, sino también a los educadores y a toda la comunidad educativa en general. Al brindar un espacio para el crecimiento personal y el cuidado emocional, podemos lograr una educación más equilibrada y enriquecedora para todos.

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