Por: Pamela Cuevas, Coach organizacional.
¡Hola mamá emprendedora! Hoy quiero hablarte como si estuviéramos frente a frente, tu, con tu
café, té o bebida preferida en la mano, y yo, con el corazón lleno de admiración. Porque te veo,
aunque no nos conozcamos, te veo levantándote temprano para dejar todo listo en casa y luego,
correr con tu emprendimiento, buscando hacerlo crecer sin descuidar lo más importante: Tu familia,
tu hijo, tu hogar.
Y quiero decirte algo, tú tienes una magia que muchas marcas desearían tener, no se compra, no se
aprende en un curso, se vive, se llama sensibilidad y sí, eso también es marketing.
El marketing sensorial no es más que usar lo que ya sabes intuitivamente, cómo hacer sentir
especial a alguien, como cuando sabes que tu hijo necesita un abrazo sin que diga una palabra. Así,
tal cual, pero llevado a tus clientes.
Vender no tiene que sentirse como empujar, debiera sentirse como invitar a vivir una experiencia.
¿Cómo usar esa sensibilidad en tu negocio?
Te comparto algunas ideas que quizá ya haces sin darte cuenta:
Cuando eliges un empaque con cariño, estás usando la vista como aliada. Un color cálido, una
etiqueta linda, una bolsita hecha con cuidado, eso entra por los ojos.
Cuando mandas un audio con tu voz y se nota tu sonrisa, estás usando el oído para crear cercanía.
Cuando tu espacio huele rico o entregas algo que tiene aroma suave a hogar, estás dejando huella
con el olfato. Me encantará acompañarte a elegir el aroma perfecto para tu negocio con mi marca
@SENS, de Ventas Sensoriales, visítame.
Cuando piensas en cómo se siente abrir tu paquete, el moñito, la textura, el papel, estás hablando a
través del tacto.
Y si agregas algo rico, un dulce, un té, una galletita, el gusto se activa y hace magia.
Esto no es complicarte más, al contrario, es volver a lo esencial, a lo que tú como mamá, ya haces
todos los días sin darte cuenta. Y eso, llevado a tu emprendimiento, hace que no solo vendas más,
sino que conectes mejor.
Desde mi corazón al tuyo, no necesitas hacerlo perfecto, solo necesitas hacerlo con alma, con
intención, porque cuando vendes desde ahí, desde lo que sientes, desde lo que eres, el cliente no
solo compra se queda contigo.
Sigue creyendo en tu proyecto, sigue creyendo en ti, porque eso que haces entre juguetes, agendas,
tareas, risas y, a veces, lágrimas: ¡Vale oro!
Y no lo digo yo, lo dice cada cliente que siente el amor en lo que le entregas.
Con cariño, Pamela Cuevas:
Mamá, coach y acompañante de mujeres que venden con alma.
Porque #SentirNoEsElección, provocar sensaciones si lo es.
Vender desde el alma: El poder del marketing sensorial para mamás que crean experiencias
Related posts
DE ACTUALIDAD
