Por: José María Enríquez, Psicólogo infantil / Psicoterapia para niños y adolescentes.
El miedo a la oscuridad es uno de los temores más comunes en los niños, es frecuente que aparezca justo por las noches o al entrar a lugares poco iluminados, estos temores suelen estar relacionados con algún peligro que, el menor de edad anticipa, puede llegar a pasarle, lo cual se genera por pensamientos distorsionados de la realidad que enfrenta. Estos miedos exacerbados a la oscuridad a la hora de dormir pueden, por ejemplo, hacer que sea casi imposible conseguir que duerman solos en su recámara.
Muchos niños suelen pensar que en la noche puede aparecerse un monstruo, una bruja, algún personaje de una película de terror, un fantasma o un ladrón. Estas creencias les generan sensaciones corporales y conductas específicas, que los hacen llorar, gritar, escapar o evitar los lugares oscuros.
La emoción del miedo no siempre es negativa, de hecho, hace que los niños sean más prudentes, ya que en general un pequeño no tiende a evaluar las situaciones como peligrosas, por lo cual los temores activan una especie de sistema de alerta que refuerza su propia seguridad para mantener su integridad.
Sin embargo, si un niño tiene menos de 7 años y presenta miedo a la oscuridad podríamos considerarlo como un miedo evolutivo, esto significa que es normal para su edad por lo cual no tendríamos que preocuparnos demasiado, sin embargo, en infantes que sobrepasan este rango de edad o en aquellos que son pequeños y dichos miedos constriñen sus actividades cotidianas, podríamos enseñarles una serie de actividades para vencer sus miedos:
• Objetos de apego seguro, permite que tu hijo duerma con algún artículo personal que le genere seguridad, por ejemplo: Una lamparita, un muñeco, peluche, un botón de un timbre que te avise que necesita ayuda, etc.
• Siempre revisa los contenidos digitales que esta viendo en el celular, tableta o televisión, si consideras que son violentos, agresivos o infunden terror considera su restricción.
• Háblales sobre una voz interior que todos tenemos llamada pensamientos, explica que estos son los que generan sus miedos diciéndole ideas catastróficas sobre la oscuridad, decoren creativamente una caja de los miedos y guárdenlos antes dormir.
• Los miedos se enfrentan no se evitan, así que, si tu hijo te habla a medianoche o se pasa a tu habitación, intenta regresarlo a su propia cama, con luces apagadas acompañándolo un rato y al dormirse regresa a tu recamara. Es importante no extenderse en un colecho muy prolongado.
• Los cuentos nunca pueden faltar, consigue en librerías de conveniencia títulos sobre miedos, en especial te recomiendo los siguientes: “Dormir sin miedo”, de Paula Cubo; “Comprende a miedo”, de Begoña Ibarrola y “Te da miedo la oscuridad”, de Jonathan Farr; también, puedes buscar en plataformas digitales cuentos de relajación.
Si un miedo es persistente por más de 6 meses y afecta el desenvolvimiento cotidiano de un niño en su contexto social, familiar o escolar, es importante acudir a psicología infantil para realizar una valoración y un posible tratamiento psicoterapéutico especializado.
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