Por: José María Enríquez, Psicólogo infantil / Psicoterapia para niños y adolescentes.
Ser sensible puede tener dos polos para explorar, por un lado, demasiada susceptibilidad frente a situaciones que impliquen carga emotiva o de estrés y por otro, una gran capacidad para percibir las emociones de los demás y una tendencia a preocuparse por el bienestar de quienes nos rodean.
Hoy en día nos referimos a un niño altamente sensible, como aquellos que nacen con un patrón de personalidad que se caracteriza por tener una mayor sensibilidad frente a estímulos físicos (sensoriales), emocionales y sociales de su entorno, por lo cual pueden experimentar las cosas más intensamente que otros.
Respecto a lo sensorial, poseen una sensibilidad aguda frente a toda la información que proviene de todo lo que experimentan por medio de sus sentidos (tacto, oído, gusto, olfato, dolor, afectos etc.) por ello procesan la información que reciben en un nivel mas profundo, despertando su consciencia de tal forma que parecen no pasar por desapercibido absolutamente nada de lo que pasa en su entorno. Cuando experimentan sus emociones lo hacen con gran intensidad, son empáticos y compasivos. Sin embargo, en múltiples ocasiones suelen ser catalogados como quisquillosos, caprichosos, berrinchudos o pesados.
Para ayudarlos tendríamos que seguir algunas recomendaciones iniciales:
• Aceptar y valorar su sensibilidad, ofreciéndoles seguridad y tranquilidad con la crianza cotidiana, por lo cual tocaría entrenar nuestra paciencia como adultos al por mayor frente a las experiencias cotidianas con el niño.
• Establecer rutinas predecibles, en la medida de lo posible tratar de mantener una estructura en sus actividades, haciendo que se hagan cumplir tal cual están planteadas.
• Ayudarles a manejar el estrés, mediante técnicas de relajación muscular. Puedes consultar algunas en el portal: https://youtu.be/ rm3uIuiHBQc
• Aprender a identificar los estímulos sensoriales del ambiente que regularmente le causan reacciones emocionales adversas, y reducir la cantidad de carga de estímulos o bien tener planes para aminorar la incomodidad utilizando algunos materiales, por ejemplo: para la sensibilidad con ruidos fuertes quizá usar algunos auriculares que aíslen el sonido.
• Apóyalos para que aprendan a identificar la emoción
que están sintiendo, mediante la observación de su expresión corporal, posteriormente deben ponerle nombre a lo que sienten para buscar finalmente algunos ejercicios de autorregulación emocional, tales como la que se muestra en el video: https://youtu. be/PNieBXaVNzY
Ante mayores dificultades para el manejo conductual y emocional del niño altamente sensible, siempre será recomendable buscar apoyo de un profesional en la psicología infantil para poder brindar recursos y herramientas que le permitan contender con tal personalidad.
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