Por: Pamela Cuevas, Master Coach Organizacional
Los proyectos inmobiliarios, ya no solo se venden por su ubicación, precio o tamaño; los clientes buscan algo más: Una conexión emocional con los espacios que consideran adquirir.
Cuando un cliente potencial visita un inmueble, su percepción del espacio se ve influenciada por factores mucho más sutiles de lo que imaginamos: La textura de las superficies, los aromas, los sonidos ambientales e incluso las temperaturas controladas. Estos detalles, aunque parezcan mínimos, pueden marcar la diferencia.
Estudios han demostrado que un aroma agradable puede aumentar el tiempo que una persona pasa en un lugar y, lo más importante, mejorar la percepción del mismo. Crear ambientes con aromas frescos y cálidos (como vainilla o lavanda) puede generar una sensación de hogar acogedor, ayudando a los compradores a visualizarse viviendo allí.
Algunas empresas ya integran sistemas de difusión de aromas personalizados durante las visitas a propiedades, transformando una simple demostración, en una experiencia sensorial más profunda. (Visita @Ventas Sensoriales).
El ambiente sonoro de un espacio puede alterar el estado de ánimo y la percepción de una propiedad. Por ejemplo, una música suave de fondo, como el jazz o sonidos de la naturaleza, puede evocar sensaciones de tranquilidad y bienestar, ideales para proyectos residenciales.
Al caminar por una propiedad, los compradores inevitablemente tocan superficies, desde barandillas y encimeras hasta muebles de demostración. Materiales cálidos y agradables al tacto , como la madera pulida o textiles suaves, pueden aumentar la sensación de confort y lujo. Además, la disposición ergonómica de los elementos arquitectónicos, como puertas o ventanas, también influye en cómo el usuario interactúa mutuamente con el espacio.
Imagina visitar una casa de lujo donde te recibirán con una copa de vino y una selección de aperitivos gourmet; esa experiencia multisensorial refuerza la percepción de calidad y sofisticación del espacio.
Considera cómo se iluminan los espacios, los colores que se eligen para cada ambiente y la disposición de los muebles para maximizar la comodidad visual. La iluminación natural es clave, ya que los espacios bien iluminados tienden a parecer más amplios y acogedores. Los desarrolladores que integran ventanas amplias, tragaluces o diseños abiertos crean una sensación visual de bienestar.
La integración de realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR) en las presentaciones de propiedades ofrece nuevas oportunidades para crear experiencias inmersivas, donde los clientes puedan “sentir” un espacio antes de visitarlo esencialmente.
Involucrar los sentidos en el diseño y presentación de un espacio, es una manera innovadora y poderosa de asegurar que los proyectos se destaquen en la mente y el corazón de los compradores, ayudando a que una propiedad no solo se venda, sino que, se sienta como un verdadero hogar o inversión.
La creación de experiencias más profundas y multisensoriales, puede marcar la diferencia entre una venta exitosa y una propiedad que pasa desapercibida.
Recuerda que, #SentirNoEsElección, provocar sensaciones sí lo es.