Por: José María Enríquez, Psicólogo infantil
Llegamos a marzo, un mes especial ante la celebración internacional del día de la mujer, en el que debemos recordarnos que las mujeres de todas partes del planeta desean y merecen un futuro igualitario libre de estigma, estereotipos ni violencia siempre con igualdad de derechos y oportunidades para todas.
Como bien sabemos, la infancia es la etapa del desarrollo del ciclo vital de los seres humanos en la cual las niñas forjarán su carácter y lograrán aprender a reconocer sus emociones para desarrollar habilidades sociales que les permitan comunicarse asertivamente en un futuro durante su adultez. Nuestras niñas necesitan hoy más que nunca ser acompañadas por una familia que les provea de una crianza que les permita conocerse a sí mismas e identificar su personalidad y sus emociones, donde logren ir desarrollando la habilidad de darse cuenta como cada acontecimiento en sus vidas es una oportunidad para autodescubrirse.
Como padres de familia, debemos ofrecer a las niñas nuestra confianza, nuestra capacidad de dialogar con ellas antes de sancionarlas, nuestra habilidad de escucharlas antes de reprenderlas y sobre todo conversa siempre todo lo que más puedas con ellas, que jamás vean a mamá y papá como un adversario.
Sin lugar a duda el desarrollo emocional de cualquier niña del mundo puede beneficiarse con los siguientes tips:
Pongamos normas claras, es decir las reglas y figuras de autoridad son básicas en la conformación del carácter de una persona exitosa, ya que, por medio de ellos, las pequeñas aprenden la disciplina, por lo que, al crecer con un hogar con normas de convivencia delimitadas, tienen una mayor probabilidad de éxito en la vida que aquellas que crecieron sin saber qué debían hacer y qué no.
Validemos sus emociones y necesidades, jamás reprimirlas con lo que sienten, por el contrario, escúchalas y dales la seguridad, de que aquello que están sintiendo en ese momento es totalmente válido, sin emociones de por medio que sean buenas ni malas.
Ayudemos a que establezcan rutinas diarias, contar con una estructura cotidiana de actividades puede beneficiar a las niñas para ser personas más organizadas, con objetivos precisos y estabilidad emocional.
Presencia emocional con tiempo de calidad de papá y mamá, toda hija merece que sus padres le brinden su tiempo, con frecuentes momentos para platicar con ella sobre como se siente, que necesita y escucharla.
Fomentemos su independencia, apoyar a una niña es fundamental, pero resolverle todas las situaciones de la vida será un error, en definitiva, el grado de independencia de la menor siempre estará influyendo positiva o negativa- mente en su fortaleza emocional.
Siempre intentemos modelarle con nuestro ejemplo como madre y padre, como esperamos que se conduzca por la vida, ofreciendo un espejo de virtudes y valores en los cuales la niña pueda verse reflejada todas las mañanas.
Involucra a la menor en la resolución de conflictos de la vida cotidiana, busca ejemplos diarios según su edad, para que los pueda ir resolviendo con planes de afrontamiento, generando posibles ideas para resolverlos siempre considerando las consecuencias de cada decisión.