Otra vez un diario británico, otra vez un monarca y otra vez cuentas en Suiza. La historia nos suena bastante, pero esta vez no hablamos del rey Juan Carlos, sino del hijo mayor del que fuera su gran amigo, casi un hermano. Porque el actual rey jordano ha visto su nombre en ‘The Guardian’ como parte de una filtración de datos del banco Credit Suisse, que apunta a la pareja real como beneficiarios de siete cuentas en esta entidad, una de ellas con un saldo de más de 180 millones de libras. Y, claro, las explicaciones de Abdalá y Rania de Jordania sobre su riqueza y los datos publicados por este tabloide no han tardado en llegar.
No es habitual que los royals manden comunicados informando de sus movimientos económicos, a no ser que se trate de algo lo suficientemente grave o esté generando tales críticas que quedarse callado sea un error. Lo vimos en el rey Felipe cuando anunció que renunciaba a la parte de la herencia del rey Juan Carlos que no tuviera un origen totalmente transparente, o la propia Rania, cuando por los comentarios y críticas sobre sus supuestos -y elevados- gastos en ropa se vio obligada a dar explicaciones públicas.
Pero ahora el asunto es algo más grave que aquel del que la reina hachemita tuvo que salir del paso. Como decimos, según esta información flitrada de Credit Suisse, entre Abdalá y Rania tendrían siete cuentas en esta entidad, seis a nombre del monarca y una de ellas a nombre de su esposa. Estos datos se unen a los que fueron publicados hace seis meses por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que decían que que Abdalá era propietario de 14 viviendas de lujo tanto en Estados Unidos como Reino Unido. Su valor era de más de 90 millones de euros y se habrían adquirido a través de empresas pantalla registradas en paraísos fiscales.
Y aunque en Jordania no es ilegal que el rey tenga una cuenta en el extranjero y no se ha demostrado que el origen de este dinero sea fraudulento, la situación económica del país no es la mejor. De ahí que el hecho de haberse conocido estas cantidades manejadas por Abdalá y Rania haya puesto a los dos en el punto de mira, principalmente por las dificultades que atraviesan los ciudadanos.
Por eso, el monarca no ha tardado en emitir un comunicado como reacción a estas informaciones publicadas en ‘The Guardian’, desmintiendo algunos de los datos publicados y explicando otros. Así, lo primero que ha querido aclarar Abdalá es la cifra que se ha dado de una de sus cuentas, de más de 180 millones de libras, que directamente califica de inexacta: “El saldo total mencionado en varios informes es inexacto y exagerado, como resultado de un conteo duplicado significativo”. Pero el monarca también explica el origen del dinero que hay en las otras cuentas, del que dice estar directamente relacionado con su padre, el rey Hussein.
Abdalá de Jordania explica que la mayoría de las sumas de esas cuentas proceden de la venta de un avión Airbus 340, que fue sustituido por uno más pequeño y menos costoso. A su vez, ese Airbus que se vendió fue comprado gracias a la venta de dos aviones que el rey Hussein le habría dejado como herencia. La suma restante se utiliza, según reza el comunicado, “con los activos privados y la riqueza personal de Su Majestad para cubrir los gastos privados de la familia Hachemita y financiar varias iniciativas reales en los últimos años”.
En esta declaración oficial también se hace referencia a un fondo fiduciario para los cuatro hijos de Abdalá y Rania, abierto bajo el nombre de la reina. Sobre ella explican que los fondos de la misma provienen de la riqueza privada del rey y que la cuenta se abrió a nombre de su esposa porque Hussein, Iman, Salma y Hashem eran menores de edad. Además, señala que la riqueza de los reyes es independiente de los fondos públicos y, como tal, está administrada por Privy Purse, vinculada a la Corte Hachemita durante más de 70 años.
Y el comunicado termina con unas palabras más que contundentes. No solo aseguran que las finanzas internacionales están sujetas a auditorías profesionales y “de conformidad con acuerdos de cooperación sujetos a los más altos estándares de gobernanza y supervisión”, sino que manda una especie de aviso futuro: “Cualquier acusación que vincule los fondos de estas cuentas con fondos públicos o asistencia extranjera son intentos difamatorios, infundados y deliberados de distorsionar los hechos y apuntar sistemáticamente a la reputación de Jordania, así como a la credibilidad de Su Majestad, especialmente después de informes similares publicados el año pasado que se basaron en fugas de años anteriores”.
Información vía: Vanitatis