Por: Jaime Cerdán Hierro, Notario.

Notaría 25 Veracruz

En el contexto del derecho civil contemporáneo, las asociaciones civiles constituyen una de las figuras jurídicas más relevantes para la canalización del esfuerzo colectivo de ciudadanos en torno a causas comunes. A diferencia de las sociedades mercantiles, cuyo propósito esencial es la obtención de lucro, las asociaciones civiles encuentran su razón de ser en la consecución de fines no lucrativos, enfocados en el beneficio social, cultural, educativo, deportivo, científico, filantrópico o humanitario.

Naturaleza jurídica

La esencia de esta figura radica en la unión de dos o más personas que se agrupan para la realización de un fin común lícito, sin que exista entre ellas un ánimo de especulación comercial. Esta última característica (la ausencia de fin lucrative) es el rasgo distintivo más importante.

Clasificación de los fines

Los fines de una asociación civil pueden clasificarse de acuerdo con su objeto y ámbito de acción. Entre los más comunes encontramos:

– Culturales y educativos: Asociaciones dedicadas a la promoción del arte, la música, la literatura o la enseñanza libre.

– Deportivos y recreativos: Clubes deportivos o de recreación social, que fomentan el desarrollo físico y la convivencia.

– Científicos y tecnológicos: Agrupaciones que promueven la investigación y divulgación del conocimiento.

– Filantrópicos y humanitarios: Organizaciones orientadas a la asistencia de personas en situación de vulnerabilidad o al auxilio en desastres.

– Religiosos o espirituales: Agrupaciones que fomentan prácticas de carácter espiritual o moral, dentro del marco del respeto a la libertad de cultos.

El común denominador en todos estos casos es que el beneficio directo no recae sobre los asociados individualmente, sino que se orienta al interés colectivo o comunitario.

Función social y trascendencia

Las asociaciones civiles desempeñan una función de suma importancia en el entramado social. A través de ellas, los ciudadanos se convierten en agentes activos de cambio social, canalizando inquietudes, promoviendo derechos, generando conciencia y construyendo tejido comunitario.

Su existencia fortalece el ejercicio de derechos como la libertad de asociación, la participación ciudadana y la solidaridad, elementos indispensables en una sociedad democrática. En muchos casos, además, estas asociaciones colaboran con organismos gubernamentales, universidades y organismos internacionales, logrando sinergias que potencian sus efectos.

Las asociaciones civiles representan una manifestación jurídica de la voluntad solidaria. Su papel en la sociedad moderna es esencial, no solo como medios para alcanzar fines específicos no lucrativos, sino también como espacios de participación ciudadana, innovación social y fortalecimiento del tejido democrático. Comprender su estructura, sus fines y su regulación es indispensable para todos aquellos interesados en el derecho civil y en la construcción de una ciudadanía activa y comprometida.