CED. PROF – 11557837
Por: Alma Vargas / Fotos: Antonio Escamilla
El cuidado de la piel es esencial para mantenerla sana y radiante. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con que las rutinas de skincare que funcionaban maravillosamente en un momento dado, de repente, dejan de ser efectivas. ¿A qué se debe esto? Resulta que diversos factores, como los cambios climáticos, la exposición solar, las hormonas y otros elementos ambientales, afectan directamente a nuestra piel, lo que requiere ajustes en nuestra rutina de cuidado facial a lo largo del año.
Cambios climáticos: Las estaciones del año tienen un impacto signi cativo en la piel. Durante el invierno, la baja humedad puede resecarla y dejarla deshidratada. En contraste, en verano, el calor y la humedad aumentan la producción de sebo, provocando brillo y posibles brotes de acné. Por lo tanto, es importante adaptar la rutina según las necesidades cambiantes de la piel en cada estación. Preferiblemente, durante el otoño o el invierno, es una época muy buena para realizar tratamientos cosméticos en cabina como el peeling químico, micronedling (micropunción), despigmentantes, tratamientos con láser ya que son épocas del año con menor exposición al sol, Esto se debe a que la radiación solar puede desencadenar y o agravar hiperpigmentaciones si existen.
Exposición solar: La radiación ultravioleta (UV) es uno de los principales factores que afectan la salud de nuestra piel. Durante el verano, cuando el sol es más intenso, es crucial aumentar la protección solar, utilizando protectores solares adecuados y reforzar la hidratación de la piel después de la exposición al sol. En invierno, aunque el sol no sea tan fuerte, sigue siendo importante usar protector solar y mantener la hidratación. Es recomendable utilizar protector solar de amplio espectro, con un factor de protección solar (FPS) de, al menos, número 30. Aplicarlo generosamente y re aplicarlo cada 2 a 3 horas, especialmente en áreas expuestas al sol.
Hormonas: Nuestro cuerpo experimenta cambios hormonales a lo largo del año, como los ciclos menstruales en las mujeres. Estos cambios hormonales pueden afectar la producción de sebo y la apariencia de la piel. Por ejemplo, es común que durante ciertos períodos del ciclo menstrual se presenten brotes de acné. Por lo tanto, adaptar la rutina de skincare para abordar estos cambios hormonales, es crucial para mantener la piel en equilibrio.
Factores ambientales: La contaminación, el estrés, la alimentación y otros factores ambientales también influyen en la salud de nuestra piel. La contaminación, por ejemplo, puede obstruir los poros y acelerar el proceso de envejecimiento. En consecuencia, es importante limpiar adecuadamente la piel y utilizar productos con ingredientes antioxidantes para protegerla de los radicales libres.
Las rutinas de skincare deben modificarse a lo largo del año para adaptarse a los diferentes factores que influyen en la salud de nuestra piel, como los que aquí te acabamos de comentar, recuerda que, al ajustar nuestra rutina de cuidado facial para abordar estas fluctuaciones, podemos mantener una piel saludable y radiante en cualquier época del año. Consulta con un profesional del cuidado de la piel certificado, para obtener recomendaciones específicas y personalizadas, según tus necesidades individuales.
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