Por:Dr. Juan Enrique Romero /Vía La Patilla
Los ladridos del perro son parte del sistema de comunicación que utilizan con otros individuos de su especie o con los seres humanos. Lo que ocurre es que cuando esos ladridos se producen por la noche pueden llegar a convertirse en molestos y sobre todo en un problema de convivencia.
Este comportamiento puede revelar detalles sobre el bienestar emocional de tu animal e incluso sobre problemas de comportamiento.
El ladrido es una llamada de atención que intenta comunicar a su familia humana, ya que es menos habitual que los perros se comuniquen a través de ladridos con otros de su especie.
El ladrido trata de transmitir alguna novedad o conflicto. También puede significar una invitación para jugar o intentar llamar la atención porque tiene hambre, sed o necesita algo de nosotros.
Las razones por las que un perro ladra son variadas y numerosas, pero si lo hace sin motivo por la noche o compulsivamente durante el día es momento de buscar las razones de ese molesto comportamiento y encontrar las soluciones.
Es normal y aceptable que un cachorro extrañe durante las primeras noches y gima o ladre de noche.
Una buena forma para evitar el malestar nocturno es que nuestro cachorro utilice esas horas del día para dormir y no para ladrar. Para lograrlo podríamos jugar con él durante la tarde, para generar un gasto de energía que hará que necesite dormir durante la noche.
Los perros adultos que ladran de noche o compulsivamente de día se asocian a un problema de comportamiento.
Es importante jugar con él hasta el cansancio dándole prioridad al cariño y a la educación haciéndole entender las órdenes básicas con ejercicios de estimulación mental, premiándolo por ello. Aprenderlas y llevarlas a cabo le hará sentirse más seguro en el entorno en el que se encuentra y mejorará su comportamiento.
Los ruidos son una de las razones más comunes por las que nuestro perro puede ladrar de noche, por eso es bueno colocar su lecho en un lugar tranquilo alejado de ventanas, puertas y del bullicio externo.
Cuando un perro anciano de repente empieza a ladrar de noche, es probable que haya que descartar cualquier enfermedad o dolencia física que pueda estar impidiéndole descansar.
Este cambio puede deberse también a algún problema que no solo sea físico como puede ser el síndrome de disfunción cognitiva o demencia senil. Estos trastornos se deben al envejecimiento del sistema nervioso central, que les conduce a sentirse desorientados y confusos y que podría cambiar esos patrones de sueño.
En cualquiera de los casos la intervención del médico veterinario idóneo en estos temas seguramente tiene la solución para hacer mas feliz la existencia de nuestros afectos de hocico y cuatro patas.