Dra. Ariana Bernal Zamora.
Pediatra Neonatóloga / Asesora en Lactancia Materna / Expresidenta de la Asociación de Neonatólogos de Veracruz
Cédulas: 4363833 / Pediatra: 3635398 / Neonatóloga: 6880575
El pasado 4 de marzo se celebró el Día Mundial de la Obesidad, con el fin de sensibilizar acerca del impacto de esta enfermedad y poder realizar medidas preventivas. La obesidad infantil es un problema de salud pública a nivel mundial. En México, según la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut 2022), en todos los grupos de población se ha observado un incremento sostenido en las cifras de sobrepeso y obesidad1. En 2020-23 la prevalecía de sobrepeso, más obesidad, en escolares fue de 36.5%. La obesidad incrementó del 14.6%, en el 2006, a 17.5%. En adolescentes, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad fue de 40.4%. Con un aumento de 7.2 p.p., desde el 2006. La obesidad en adolescentes creció de 11.9 a 17%.
El índice de masa corporal (IMC) es un indicador de la relación entre el peso y la talla que se utiliza para identificar sobrepeso y obesidad3. Se considera sobrepeso valores de IMC iguales o superiores al percentil 95, niños y adolescentes de la misma edad y sexo. Los CDC y la Academia Americana de Pediatría (AAP), recomiendan el uso del IMC para detectar obesidad y sobrepeso en niños y adolescentes de 2 a 19 años. Sin embargo, el IMC no es una herramienta diagnóstica, para determinar si el niño tiene exceso de grasa se requiere analizar la composición corporal. Los métodos más utilizados para analizar la composición corporal son la antropometría y la bioimpedancia, así, los métodos antropométricos, en conjunto con los datos clínicos, los factores de riesgo y los datos bioquímicos son fundamentales para valorar la magnitud de las condiciones alteradas.
La obesidad es una enfermedad crónica no trasmisible que genera complicaciones como problemas articulares, alteraciones del sueño, pubertad precoz, hipercolesterolemia e hipertensión. Su importancia radica en el hecho de que un niño obeso tiene altas probabilidades de convertirse en adulto obeso y este tiene mayor riesgo de mortalidad.
Los factores que impactan sobre la obesidad son: “Genéticos”, factores realizadores que incluyen tanto factores genéticos como endocrinos; factores “permisivos”, también llamados medioambientales y que tienen que ver con la alimentación, el ejercicio, la familia y la sociedad; y factores “reguladores”, que implican los cambios endocrinos que se presentan durante la pubertad y que dictan o facilitan los cambios de grasa durante las etapas de crecimiento del niño y del adolescente. Según el estudio KOPS, los niños con peso elevado al nacer, provenientes de familias con sobrepeso y bajo nivel socioeconómico, tienen mayor riesgo de padecer obesidad5.
El tratamiento de la obesidad en el paciente pediátrico es muy complejo, por lo que es mejor prevenir que tratar. Es importante reconocer el origen de la obesidad para poder ofrecer un manejo multidisciplinario. El tratamiento de la obesidad incluye una dieta saludable e incremento de la actividad física y, reconocer que la familia es la pieza más importante para lograr los mejores resultados.
IG: @dra.ariana_bernal
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1. Teresa Shamanh-Levy, Elsa B Gaona-Pineda, et al. Prevalencias de sobrepeso y obesidad enpoblación escolar y adolescente de México. Ensanut Continua 2020-2022 Salud Publica Mex. 2023;65(supl 1):s218-s224. 2. Teresa Shamanh-Levy, Elsa B Gaona-Pineda, et al. Sobrepeso y Obesidad en Población Escolar y Adolescente. Salud Publica Mex. 2024;66:404-413.
3. Anáhuac Online (2019) Métodos para prevenir la obesidad infantil (contenido elaborado por Anáhuac Online)
4. Anáhuac Online (2019) generalidades de Obesidad infantil (contenido elaborado por Anáhuac Online)
5. Danielzik, S. et al. (2004) Parental overweight, socioeconomic status and high birth weiht are the major determinants of overweight and obesity in 5-7 y-old children: baseline data ok Kiel ObesitybPrevention Study (KOPS). International Jornal of Obesity.
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